viernes, 26 de noviembre de 2010

Primero tengo que aprender a elegir.

Y te hubiese encantado no estar allí. Te hubiese encantado perder el sentido del olfato por quince minutos y dejar de percibir su olor para poder imaginarte, con más claridad, que el que te abraza es justamente quien quieres que te abrace. Te hubiese encantado que la forma de sus manos y de su pecho no fuese esa, y que se pareciese más a la forma de manos y pecho del que te gustaría que estuviese contra ti, tumbados. Y te arrinconas en una esquina de la cama, y te encoges, y piensas que lo estás haciendo realmente mal.
¿Cómo has llegado hasta ese momento? ¿Qué te ha pasado? Hace unas horas estabas deseando ver al mismo que tienes a la espalda... Hace a penas unas horas estabas pensando en el mismo que tienes a la espalda mientras murmurabas "estoy realmente enamorada".

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