sábado, 29 de enero de 2011

Pero yo no me he caido de un nido

If you rescue me / I'll be your friend forever, / let me in your bed / I'll keep you warm in winter. / All the kitties are playing / and they're having such fun, / I wish it could happen to me... /But if you rescue me / I'll never have to be alone again. / Oh the cars drive so fast  / and the people are mean, / and sometimes it's hard to find food, / let me into your room, / I'll keep you warm and amused, / all the things we can do in the rain. /If you rescue me / I'll be your friend forever, / let me in your bed / I'll keep you warm in winter. / Oh someday I know / someone will look into my eyes / and say, "Hello, you're my very special kitten." / So if you rescue me / I'll never have to be alone again... Le chanson des chats.


Sólo se me ha caido la inocencia, junto con todos los trastos que llevaba entre manos.

jueves, 27 de enero de 2011

¿Por qué anda sola esta amapola?

Sin embargo todo lo que yo encuentro debajo de la cama es tu ausencia entre algunas pelusas o alguna zapatilla olvidada. Pero me queda el consuelo de poder recrear las historias que me cuentas de agarrarme por detrás, y también que funciona mejor de lo que parece eso de que con tu olor se puede recrear tu retrato aquí, encima de mi cama.

martes, 25 de enero de 2011

Ejercicio mental: Problema, ¿de qué color es?

Tenemos entre nuestras manos una bola imaginaria. Es de color azul, pero tiene cosas de amarillo. Entonces, ¿de qué color es? ¿Azul, amarillo o verde? y dentro de los verdes, ¿qué verde es?
Entre el ying y el yang ¿cuántos eones? Entre el sí y el no ¿cuántos quizá? (J.Cortázar)
Por dar más pistas y poder despejar la incógnita, contaré que la bola imaginaria que sostenemos entre las manos tiene dos ángulos para mirarla. El tiempo total que hemos tenido para examinar la bola imaginaria, desde el día en que apareció hasta hoy han sido quinientos setenta y tres mil ciento veinte minutos. En ese tiempo también explicaré que la bola no ha tenido siempre un color homogéneo:

Lo difícil de explicar de esta bola es que no se sabe cuántas etapas ha tenido ni cuántos colores en cada etapa, por eso de que hay dos ángulos diferentes por donde mirarla, a veces han coincidido en su perspectiva y a veces no.
Primero la bola era claramente azul, un azul por necesidad. El color de su corteza era un azul opaco, que no daba a conocer nada del interior de la esfera. No se sabe muy bien cuándo ni por qué pero la bola fue dando a conocer su interior. En ese momento el azul tornó un poco mas claro de lo que estaba. Tiempo después, la bola empezó a estar salpicada de manchas visiblemente rojas por un ángulo, pero para el otro era claramente un color negro. Este trance duró poco, puesto que la necesidad de un color azul homogéneo era evidente, y ambos ángulos de vista prefirieron acordarlo así, pero esta supuesta paz no duraría mucho, cuando de repente volvió a estar salpicada por manchas rojas para uno y manchas negras para el otro. El termino del color (azul+negro)*(azul+rojo) no se quiso llegar a aclarar, asique la bola fue salpicada desde fuera por un color blanco de corrector tipex, y asi desaparecieron las manchas que complicaban al acertar el color de nuestra querida esfera.
Pero este mutuo acuerdo, hizo estrechar la distancia que separaba a los dos ángulos, juntándolos un poco más. La bola reaccionó a este nuevo cambio formando en su interior y expresándolo en su corteza una forma brillante y amable de un color vivo, el amarillo empezaba a surgir de la bola hacia fuera. Desde cualquier ángulo que se hubiese querido mirar la bola, era perfectamente apreciable y sin equivocarnos a decir, que la bola era muy transparente y bonita.
Pero un ángulo empezó a ver en la bola el color del "NO" mientras que para el otro ángulo surgió el problema de ver en la esfera el color tan desagradable de tener que decir que "NO". Poco a poco se fue resolviendo el problema, pero se equivocaban al afirmar que los dos ángulos veían el mismo color en la bola, ya que uno la veía azul*(amarillo+pequeñas manchas de NO) y el otro ángulo la veía azul*amarillo, es decir, un verde brillante y precioso, creyendose este último que el problema estaba solucionado. Aquí empieza la verdadera separación de sus puntos de vista, que hasta aproximadamente ciento setenta y cinco mil minutos después no volvió a coincidir.
La bola empezó a dejar de ser tan importante para un ángulo, asique se alejó de ella. Mientras que para el otro, empezaba a ser lo más importante de su existencia, por lo que se acercó a la esfera, lo que dio como resultado un alejamiento entre ambos ángulos. Respecto al color de la bola, para el ángulo que se había alejado no lo veía bien, y para el ángulo que se había acercado, seguía siendo un color verde brillante, cada vez con más manchas de amarillo y de blanco.
Tiempo después la bola atravesó el momento de más cambios de color: de tener un color inapreciable para uno y verde amarillento para otro, de un minuto a otro, de un segundo a otro, el ángulo alejado se acercó y le vertio entero un cubo del color de la noticia inesperada y catastrófica, y para el ángulo que estaba cerca empezó a ver con esa mezcla un color más oscuro que el de el abismo. El otro ángulo, para solución de este problema, añadió el color de sus lágrimas.
Bien saben los que alguna vez han pintado o chapurreteado con temperas, que una simple pincelada de negro te oscurece por completo el verde más brillante que se pueda obtener. Si a eso añadimos que un ángulo seguía añadiendo colores oscuros como rotura de promesas o espera en los días, el color de la bola era inapreciablemente oscuro.
En sorprendentemente poco tiempo, se consiguió arreglar esto, añadiendo colores como el de la comprensión, las lágrimas o la ausencia de reproches, pero los ángulos dictaban colores diferentes: uno decía que era azul y solamente azul y el otro explicó que era verde, con manchitas amarillas estratégicamente colocadas.
No hace falta señalar que las percepciones de cada ángulo de vista eran muy diferentes. Desde ese momento y durante un tiempo prolongado, para un ángulo de vista el color seguía siendo verde brillante, sin ningún cambio en su superficie, y sólo en su interior se podía apreciar que seguía creando muchas más formitas
amarillas. Para el otro ángulo sin embargo, era un color bastante ambiguo; en la corteza de la bola estaba el mismo color verde que tiene el otro ángulo, pero por dentro se guarda en una cápsula demasiado frágil un gran bote de tempera negra.
Después de un tiempo de próspero disfrute del color verde (aunque sólo fuese superficial), esa capsula fue abierta. Para sorpresa de quién esté leyendo, no contaminó el color verde que había en la corteza ni tampoco el color que se apreciaba desde el otro ángulo. El color tornó color transparente de la comprensión con sólo abrir la cápsula. Lo mismo sucedio poco después, pero esta vez y con apremio fue añadido el color de la gratitud.
Un ángulo todo lo veía verde, pero para el otro empezaron a aparecer manchitas negras de la preocupación que podrían estropearlo todo, pero pronto se disolvieron con el corrosivo de la verdad y la explicación a tiempo.
Demasiado cuidado para una bola. Pocos colores se han añadido después, salvo el color de las lágrimas, el de la alegría, el de la complicidad, el de la risa, la carcajada, la sonrisa, la caricia y por supuesto sigue creciendo en su interior el color amarillo, que hace más brillante la bola cada minuto que pasa.

Ahora bien, ¿de qué color es la bola?

sábado, 22 de enero de 2011

Quien echa a perder sus despedidas


...poco puede esperar de los reencuentros.
Y me iba sin decir nada, pero poco más podía decir. Y pensaba que me estabas mirando ir, cargada de trastos, siempre tan torpe, me iba después de habernos dicho tantas cosas sin abrir la boca. Y sentía que me seguías mirando a pesar de que ya había doblado la esquina, que seguías mirándome a pesar de haber subido las escaleras, entrado en mi casa, después de haberme desvestido y vuelto a vestir, sentía que me seguías mirando a pesar de que yo estaba dentro de mi cama, que me seguías mirando mientras dormía, sentado en el mismo sitio donde me dejaste. Sonriendo o quién sabe si llorando.

miércoles, 19 de enero de 2011

Y todo eso en un momento




Y nos dormiremos abrazados, arropados por el mismo cielo,
pero no por el mismo humo de la misma ciudad.

lunes, 17 de enero de 2011

(es)puma

Quédate conmigo. Juntos viviremos donde nos dejen dormir, abrazados a nuestras espaldas, piernas, brazos, a nuestros corazones. Iremos todos los días a vagabundear o a juguetear con gatos, nos meteremos a alguna exposición gratuita de arte, de ciencia o quién sabe si encontraremos alguna de nosotros. Nos invitaremos a cenar, quizá a un restaurante de comida lejana. Eso cuando tengamos dinero pero cuando no, podremos pasarnos por una cafetería y sólo te gastarás en mí los ochenta céntimos que cuesta un café solo y cutre, sin azúcar. No veremos películas porque me dormiré, acurrucándome en tu regazo. No me recitarás poemas porque solo atenderé al movimiento de tus labios, tú crearás poemas y yo responderé a tus caricias con un leve ronroneo mientras me tocas para que me duerma. Sí, dormiremos juntos en un colchón de verdad, con sábanas de verdad. Andaremos cogidos de la mano y a traves de la niebla, como nuestro único y sencillo escondite, y me besarás tranquilamente, como nunca lo habías hecho. Te abrazaré, como siempre, pero te abrazaré aspirando tu olor, para recordarlo, tener un retrato sensitivo tuyo y poder dibujarlo todas las veces que quiera cuando no te tenga delante, para recordarte los días que me haga falta.

domingo, 16 de enero de 2011

Siempre andará en alguna historia

«¿Lo entiendes tú? Porque yo no lo entiendo. No hablo de él, hablo de mí. ¿Por qué me engancho siempre con los tipos más complicados? ¿Por qué no soy sensata y lo mando al carajo? Y me busco un chico de mi edad, sencillo, sin vueltas... y que se muera de amor por mí... Pero no puedo. No puedo hacerlo. Yo sé que es un mierda que merece que lo dejen solo, pero después me dice Lucía... "Lusía" con 's' no "Lucía", ¿te das cuenta? Y pierdo, me mata, se me aflojan las piernas y no puedo pensar.»

«La merca es una de las pocas cosas que encontré en mi vida que no me falla, me da lo que promete y lo que yo espero que me dé. Él tampoco me falla; no falla porque no me da nada. Si está conmigo no es porque me quiera, es porque no le molesto. Yo soy el tipo de chica que a los hombres les resulta cómodo: no soy fea, tengo el "sí" fácil, el orgasmo todavía más fácil, soy sensual, apasionada, simpática, nada celosa, cuando estoy con un tio acepto lo que me da, no pido imposibles, cuando las cosas se ponen feas intento solucionarlo y me voy, pero sin escándalos, moderna y pragmática, osea, una pelotuda.»

sábado, 15 de enero de 2011

¿Qué hará contigo la gente ahora que ya no estoy yo?

«¿Dónde estarás esta noche? ¿Dónde va a ser el fiestón? ¿Dónde estarás esta noche mientras te hago esta canción? ¿Qué habrá sido de tu coche, esa chatarra de ford? ¿Qué habrá sido desde entonces? ¿Qué llevarás puesto hoy? ¿Dónde estarás esta noche? ¿Dónde va a ser el fiestón? ¿Dónde estarás esta noche, mientras te hago esta canción? Siempre con prisa por algo, siempre a contrareloj, siempre planeando el cambio, siempre sin frenos, Margot. ¿Dónde estarás esta noche? ¿Dónde estarás, corazón? ¿Dónde estarás esta noche, mientras te hago esta canción? ¿Dónde estarán tus poderes, tu fuerza de convicción? ¿Qué hará contigo la gente, ahora que ya no estoy yo? Nena no podía seguir tu rueda, removí cielo con tierra entre tu mezcla  de la carne y el cañon, ¡Magdalena! siempre puesta hasta la bandera, empezaste a montar la fiesta tú sola en tu habitación... Y aún sigue siendo la reina del curso '92, ¿Dónde estarás esta noche? Sigues entre nosotros, Margot»

Demasiado cómico para ser verdad

Carta a todos aquellos que tengan una mujer que sabe volar:

Aunque no os lo creais, saben volar. No les lanceis piedras mientras están en el suelo a vuestro lado o desplegarán sus alas y se irán a otro lugar, sólas o acompañadas, pero no con vosotros.

viernes, 14 de enero de 2011

Por querer volver a ser un gato

Hoy no estoy para pensar demasiado
y aquí hay una niebla que no perdona

Seguramente acabe picando y me quede dentro.




Sigo necesitando un manual de instrucciones para que me diga a qué botón le tengo que dar, estoy dejando de funcionar...

jueves, 13 de enero de 2011

Te quiero igual

te quiero pero te llevaste la flor y me dejaste el florero / te quiero pero me dejaste la ceniza y te llevaste el cenicero / te quiero pero te llevaste marzo y te rendiste en febrero / pero, primero, te quiero igual.

Tantas cosas podría decir con esta entrada que creo que diré todo menos lo que realmente te quiero decir.

Ellos sólo adquieren significado cuando me abandonas o cuando me haces sentir mal. Son como buitres que esperan el momento indicado para salir de su escondite y ponerse a dar vueltas a mi alrededor, o quizá son buitres las venticuatro horas del día, o quizá soy yo la buitre y les busco en esos momentos de nudos en tensión no resueltos. Pero al final el mismo mundo que me acorrala es el que me salva.

Hay algo en algunos de nuestros gestos que aparecen de vez en cuando, y me parece bellísimo. No es una simple impresión, cuando aparece los dos sabemos que está ahí; se puede tocar con las manos, no se ve como forma objetiva, pero sí vemos algo el uno en el otro y también se puede oler e incluso se oye camuflado en los suspiros o en el rozar de manos o mano-muslo o boca-rostro.

Me gustaron tantos y tantos gestos de ti al principio que es normal que desde un primer momento decidiese a creerte en todo lo que pudieras decirme. Lo único es que ahora me comen por dentro los gusanillos esos que nacen cuando te dices a ti misma idiota, una vez que descubres algún engaño o mentira y que tenías por un hecho tan real como el mismo nombre. No puedo evitar sentir los mordiscos cuando pienso en momentos próximos a esa mentira en los que yo me sentía tan bien, y a ti se te veía igual, a pesar de dicho engaño. Y perdón también por acostumbrarme tanto a utilizar la palabra perdón y por empezar quizá algo tarde a cambiar mis errores.

Te lo dije y por fin un día pudiste entenderme por ti mismo, y te lo repito, me pasaría noches enteras durmiendo a tu lado, en cama o en suelo, a la izquierda o a la derecha del colchón, encima o debajo o al lado de ti. Me gustan las preguntas que nos hacemos cuando nos dormirmos, siempre acabamos riendo, aunque sólo sea uno de los dos, pero más me hace reir los sustos que nos damos cuando nos despertamos y descubrimos que se nos ha dormido el brazo que nos sobra. Pero creo que lo que más me gusta es verte dormir un rato, y luego sin moverme mucho dormirme yo, tranquilamente a tu lado.

Te quisiera prometer que dejaré de mentir, ya me he dado cuenta de que siempre juego a favor de la mentira, y cuando no juego en casa y tengo que hablar con la verdad necesito prepararme mucho. Te lo prometería, pero no quiero fallarte ni mentirte si no lo consigo.

Estoy tremendamente enamorada de ti, y sí, quizá después de tanta letra y palabra, esto es realmente lo que te quiero decir.

miércoles, 12 de enero de 2011

Te presté un corazón loco que se dobla con el viento y se rompe

La idea antes era noticia, antes suposición y antes de suposición fue mentira. Pero hoy es idea.
Para explicarme, diré que la idea es como un bichito que anda y anda; juega al escondite inglés conmigo y cuando le miro parece que no anda, y que nunca llegará a darme. Pero cada vez que me vuelvo para contar y me vuelvo a volver, está más cerca de lo que podría imginar, y sí, más cerca de lo que me gustaría.
Porque muchas veces ese bichito ha sido simple idea abstracta y al día siguiente realidad; imaginación-realidad, mentira-verdad, falsedad-realidad. Me atormenta la idea de que sea realidad y me come la idea de que el bichito llegue a comerme, pero más me atormentan los días que lo veo como una alucinación, no me lo creo y lo dejo contaminarse los momentos, si total, todo es un sueño.
Pero no lo era un sueño, no lo ha sido, no lo es y el día que venga, me tendré que despertar de golpe.

martes, 11 de enero de 2011

Los idiomas no serán un problema





No habrá más vasos que no podamos sostener entre las manos.
(Me vas a traer una petición para que haga un poema)

lunes, 10 de enero de 2011

Sácame las uñas





No es perfecto, es real. Haría un esfuerzo por describirle, pero no me hace falta. Me conformo con saber que existe, y que cada día tengo la oportunidad de tenerle delante.

Me sigo mordiendo todavía las uñas del rencor

No quiero ser como esas personas que sólo tienen odio por dentro y rabia y críticas y masa negra absorvedora. Pero me cargo, me cargo como cuando frotas el bic cristal con el chaleco, que luego va recogiendo papelitos por la pérdida de electrones. Y me pongo a pensar y llego a la misma conclusión que hace cinco minutos; lo hago mal sin querer, como cuando te dicen no toques el botón rojo, y te tropiezas y apoyas la mano. Y después me doy cuenta que estoy llena de metáforas y eso significa que estoy algo confusa, como si en la cabeza tuviese una maraña de luces de navidad, auriculares de bolsillo, lana seca, cordones de zapatillas y todas las cosas que se enreden mucho.

domingo, 9 de enero de 2011

Tanto y tanto gusto.

Cuando la gente habla de "moral" o de "inmoral" el 80% de las veces (y seguro que me quedo corto) el sermón trata de sexo, tanto que la gente se cree que la moral trata de juzgar lo que la gente hace con sus genitales. En el sexo no hay nada más inmoral que la comida o los paseos por el campo; claro que alguien puede comportarse inmoralmente en el sexo (usándolo para hacer daño a alguien) lo mismo que hay quien se come el bocadillo del vecino o aprovecha sus paseos para planear atentados. Y como la relación sexual puede llegar a establecer vínculos muy poderosos y complicaciones afectivas muy delicadas, es lógico que se consideren especialmente los miramientos debidos a los semejantes en tales casos. Pero por lo demás ya te digo rotundamente que lo que hace disfrutar a dos y no hace daño a ninguno no tiene nada de malo. El que de verás está "malo" es quién cree que es malo disfrutar. No es que tengamos un cuerpo, es que somos un cuerpo sin cuya satisfacción y bienestar no hay buena vida que valga. El que se avergüenza de sus capacidades gozosas de su cuerpo es tan bobo como el que se avergüenza de haberse aprendido la tabla de multiplicar.

Una de las funciones individualmente importantes del sexo es la procreación, pero la experiencia sexual no puede limitarse a esta función. Es paradójico que sean los que ven algo de "malo" o "turbio" en el sexo quienes dicen que dedicarse con demasiado entusiasmo a él animaliza al hombre. La verdad es que son precisamente los animales quienes utilizan el sexo para procrear, lo mismo que utilizan la comida para alimentarse o el ejercicio para cuidar la salud; por eso los humanos hemos inventado el erotismo, la gastronomía y el atletismo. El sexo es un mecanismo de procreación igual para los hombres que para los ciervos o los besugos, pero en los hombres produce muchos efectos; la poesía lírica o la institución matrimonial que ni los ciervos ni los besugos conocen. Cuanto más se separa el sexo de la procreación menos animal y más humano resulta.
Lo que hace que exista esta obsesión sobre la inmoralidad sexual no es más ni menos que uno de los temores más antiguos del hombre: el miedo al placer. ¿Por qué asusta el placer? Porque nos gusta demasiado. A lo largo de los siglos los hombres se han empeñado en evitar que los miembros de sus sociedades se aficionasen a darle marcha al cuerpo olvidando todas sus responsabilidades. La verdad es que uno no se siente tan contento con la vida y sus responsabilidades como cuando goza. El placer nos distrae a veces más de la cuenta, por eso los placeres se han visto acotados por tabúes y restricciones, permitiéndolos sólo en ciertas fechas.
Por otro lado están lo que sólo disfrutan no dejando disfrutar; tienen tanto miedo al placer que les resulta irresistible, se angustian tanto pensando lo que les puede pasar si un día le dan gusto al cuerpo que se convierten en calumniadores profesionales del placer (puritanos). Que si el sexo esto, que si la comida o bebida aquello, que si el juego tal, que si basta de tantas risas... Ni caso. Todo puede llegar a sentar mal o servir para el mal, pero nada es malo sólo por el hecho de que dé gusto hacerlo. El puritano defiende la idea de que para saber si algo es bueno es porque no nos gusta hacerlo. Sostiene que siempre tiene más mérito sufrir que gozar. Y lo peor de todo, el puritano cree que cuando uno vive bien lo tiene que pasar mal y que cuando uno lo pasa mal es porque vive bien. Por supuesto los puritanos se consideran las personas más morales del mundo y guardianes de la moralidad de sus vecinos. No quiero ser exagerado, pero yo te diría que es más decente y moral el sinvergüenza corriente que el puritano oficial.
Nunca me oirás una palabra contra el placer y por supuesto no me avergonzaré ni un poquito de disfrutar del placer que me brinda mi cuerpo. Seguiré el consejo del maestro francés Michel de Montaigne: Hay que retener con todas nuestras uñas y dientes el uso de los placeres de la vida, que los años nos quitan de entre las manos unos detrás de otros. De aquí quiero destacar dos cosas; que los años nos van quitando los gozos sin cesar, por lo que no es muy acertado esperar demasiado tiempo para empezar a disfrutar y lo bueno es usar los placeres, tener siempre cierto control sobre ellos, que no les permitas revolverse contra el resto de lo que forma tu existencia personal.


A veces decimos eso de "me muero de gusto" y por eso los franceses llaman al orgasmo le petite morte; la muertecita. Es una muerte para vivir más y mejor, nos hace más sensibles, más dulces o más fuertemente apasionados.

viernes, 7 de enero de 2011

Receta para crear una paranoia

Paranoia: perturbación mental fijada en una idea o en un orden de ideas.

La creación de paranoias es un proceso rápido y seguro. Aquí vamos a explicar la creación de paranoias realmente fuertes y arraigadas sobre una persona a la que estimamos o queremos, es decir, nuestra paranoia tendrá temática amorosa. Es más sencillo de lo que parece.

Siga estas sencillas instrucciones y consejos que le daremos a continuación:
1. Piense fuertemente en su persona. Busque todos sus defectos. (Consejo: si usted es poseedor de una buena memoria, será muy útil para este proceso). Recuerde o intente recordar con exactitud aquellas palabras que le dijo y que a usted le duelan o le puedan hacer sospechar.
2. Coja esas palabras. Métalas a la máquina que todo el mundo llama cabeza y deje que resuenen un rato a fuego lento. Mientas esas palabras y frases van cabando por sí solas, ponga su cabeza en modo "conclusiones" a 180ºC con un poco de aceite sucio. Es importante que no piense en los buenos ratos que ha pasado con esa persona.
3. Una vez que esas palabras hayan hecho boche en su cabeza y hayan hervido un rato, saldrán por sí solas las conclusiones. Saque las conclusiones junto con esas palabras sin pensar demasiado y recordando esos malos momentos, escúrra todo y échelo en la sartén que habíamos preparado a 180ºC con una gotita de aceite sucio, nuestra cabeza. Empiece por freir todo con un fuego rápido y fuerte (ese que quema por fuera y deja crudo por dentro). Deje en la sartén el tiempo que sea necesario hasta que usted se sienta cabreado y confuso.
4. Ponga el resultado en una gran fuente (grande, muy grande) y para adornar y dar sabor, incluya un rocío de preguntas impertinentes. Al degustar, no deje que se enfríe.
5. Debe comerse todo lo que ha cocinado, sin ayuda de nadie y sin que la fuente deje escapar el calor. Coma deprisa y saborée poco, crease absolutamente todo de lo que hay en cada cucharada como una verdad absoluta. El sabor no es muy agradable.
SUGERENCIAS: No tome postre y para beber le recomendamos una botellita del agua que queda del primer hervido.

Para quitarse el mal sabor de boca de después, se quita con otro mal sabor de boca. Vaya con la persona en la que pensó, hágale todas esas preguntas impertinentes que echó para dar sabor. Hágale saber todo lo que pensaste mientras te comías la paranoia. Después te darás cuenta que realmente lo que has comido son palabras malinterpretadas aposta, que las guisaste con todo lo malo que hay en tu cabeza y que las pusiste en una fuente demasiado grande, pues simplemente eran eso; PALABRAS. El postre que no se tomó se lo tomará ahora, es arrepentimiento, y deja un sabor salado por donde pasa, el sabor de las lágrimas.

Lo sabemos perfectamente


Pensamos lo mismo; no tenemos ni idea de lo que vamos a hacer.

Sabemos perfectamente que los dos tenemos algo de miedo, algo de alegre y algo de desesperación. No quiero apurar el tarro, quiero dejarme un poco.
Mi personalidad pesimista-decepcionada-desconfiada me dirá: "No, gasta todo lo que te quede y todo lo que te pueda dar, aprovecha, como te dejes algo se evaporará"
Pero  yo quiero dejarme un poco. Quizá cuando vuelva hay más de lo que me dejé, y si se evapora me quedará el consuelo de que lo intenté.

Y me gusta imaginar tus palabras, me gusta imaginarme contigo al ladito, seguramente que tú haciéndome de las tuyas, algún jugueteo que mi yo más serio no soporte aguantar. Pero mi tarro más vacío lo agradecerá hasta con la tapa.

jueves, 6 de enero de 2011

La pregunta más difícil del mundo

cuan
dose
roba
esea
lgop
ierd
etod
oelg
usto
yemp
ieza
acon
vert
irse
enve
neno.

miércoles, 5 de enero de 2011

Realmente lo estaba intentando


No pienses en lo que ha sucedido hoy. No pienses en los lugares que has visitado. No pienses en él. No pienses en tus amigas. No pienses en los lugares donde no has estado. No pienses en mañana. No pienses en lo que tienes que hacer. No pienses en lo que has hecho. No pienses en lo que te has enterado. No pienses en plural. No pienses en Calamaro. No pienses en Rayuela. No pienses en ella. No pienses en ella. No pienses en ella. No pienses en ella. No, te he dicho que no pienses en él.

Y empecé a sospechar que me quedé sin recuerdos.

martes, 4 de enero de 2011

Parejas olvidadas

En la relación de pareja, siempre hay sitio para uno más
como demuestra esta fotografía.
Ayer tenía tantas preguntas en la cabeza que no sabía qué quería preguntar. Ahora las he intentado ordenar un poco, pero primero he tenido que asegurarme que no me iba a arañar el Gato 3.0. que hay en mí. Me he autoacariciado y la cosa estaba difícil. He tenido que dejarme un rato.
Y después de quinientos venticinco mil seiscientos arañazos, he conseguido acariciarme. Pero el gato tenía la misma cara triste antes de ser acariciado, no de hambre, pero sí de sueño y de sueño de sueños agradables y de poder volver a tenerlos pronto.
La cosa es que quizá tengo que ser más gato que lapa, e irme cuando realmente me sienta atrapada. Pero la misma razón que me atrapa es la misma que me libera. Sólo tengo que esperar. Pero, ¿qué haré el día que no pueda más?
Y anoche miré el folio después de varios días, y lo vi hecho una pena. No es que tenga picos, ni cortaduras un poco torcidas y no del todo perpendiculares. Además de eso, ayer tenía los bordes quemados, garabatos en el márgen, preguntas escritas a bolígrafo, recuerdos destintados de permanente, punzadas de compás, algún dibujo de niño castigado en la pared y sin recreo, otros dibujos de artista callejero del carboncillo más negro de la tienda, rotos de cojer el cutter con poca fuerza y alguna que otro manchón de pintura de pared espesa, fresca y pesada.
Creo que mi Equis también sufre de alzheimer en el corazón.

lunes, 3 de enero de 2011

Todo lo contrario

Los videojuegos no afectan a los niños; quiero decir, si PacMan nos hubiera afectado de niños, estariamos todos moviéndonos por habitaciones oscuas, tragando pastillas mágicas y escuchando música electrónica repetitiva.
(Kristian Wilson, Nintendo Inc. 1989)

domingo, 2 de enero de 2011

El título hace referencia al contenido de la entrada



Oh mi amor,
me dolés en la piel,
en la garganta,
cada vez que respiro
es como si el vacío
me entrara en el pecho
donde ya no estás.

sábado, 1 de enero de 2011

Empezar por el principio

En el arte de vivir el hombre es a su vez el artista y el objeto de su arte; el escultor y el mármol, el médico y el paciente...
(Erich FROMM)