... Y esta fue la escena:
Ossip, sentado frente a ella, miraba enamorado a la Maga, intentando coger su brazo, a unos centímetros de él, sin mover la mano. La Maga miraba asustada y arrepentida y miedosa y dolida y otras muchas cosas a Horacio, que estaba sentado en el suelo. Horacio no podía dejar de mirarles a los dos, con demasiado interés, a saber en qué estaría pensando, distanciado de la Maga por unos metros, observando (y sin querer dejar de hacerlo) muy atento como Ossip miraba a la Maga con deseo.
Así se dibujaba el cuadro:
Ossip quería acostarse con la Maga,
la Maga, confundida, quería ir con Horacio,
Horacio sonreía entre pitada y pitada...
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