miércoles, 27 de octubre de 2010

Dónde estarás, dónde estaremos hoy

Pero que hermosa estabas en la ventana.
Mirá si soy monstruoso, qué tengo yo para jactarme, ni a vos te tengo ya, porque estaba bien decidido que tenía que perderte (ni siquiera perderte, antes hubiera tenido que ganarte) Y así nos ibamos acercando a eso que tenía que ocurrirnos un día cuando vos comprendieras plenamente que yo no te iba a dar más que una parte de mi tiempo y de mi vida, y no absorverme entero, que creo que era eso lo que querías. Pero qué hermosa estabas en la ventana, con el gris del cielo posado en una mejilla, las manos teniendo el libro, la boca siempre un poco ávida, los ojos dudosos. Había tanto tiempo perdido en vos, eras de tal manera... El molde de lo que hubieras podiddo ser bajo otras estrellas, que tomarte en los brazos y hacerte el amor se volvían una tarea demasiado tierna, y ahí me engañaba yo, me dejaba caer en el imbécil orgullo del intelectual que se cree equipado para entender después.

Oí, esto sólo para vos, para que no se lo cuentes a nadie. Maga, el molde hueco era yo, vos temblabas, libre y pura, es dulce decírtelo con las palabras que te fascinaban porque no creías que existieran fuera de los poemas. Dónde estarás, dónde estaremos hoy, dos puntos en el universo inexplicable, cerca o lejos, dos puntos que crean una línea, dos puntos que se alejan y se acercan, estamos componiendo una figura, vos un punto en alguna parte, yo otro en alguna parte.
Vamos componiendo una figura absurda, dibujamos con nuestros movimientos una figura idéntica a la que dibujan las moscas cuando vuelan en una pieza, de aquí para allá, bruscamente dan media vuelta, de allá para aquí, un ángulo recto, una línea que sube, de aquí para allá, del fondo al centro...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario