martes, 26 de octubre de 2010

No iba a tener lástima por mí

Reacción de mi amante al leer la carta que escribí a mi hijo:

"Me ha dejado solo a propósito. A lo mejor está en la escalera, escuchando como un sádico. Nunca me propuse la felicidad, no es una excusa ni una justificación, ¿por qué le voy a tener lástima? ¿Porque encuentro una cartaa su hijo que en ralidad es un carta para mí? Ninguna razón para la lástima.
Y patatí y patatá
Allí donde esté tiene el pelo ardiendo como una torre y me quema desde lejos, me hace pedazos nada más que con suausencia. Y patatí y patatá. Se va a arreglar perfectamente sin mí y sin su hijo. Estará mirando una mosca azul, preciosa, volando al sol, golpeándose alguna vez contra un vidrio... Zas, le sangra la nariz, una tragedia. Dos minutos después tan contenta, comprándose una figurita en la papelería y corriendo a meterla en un sobre y mandársela a una de sus vagas amigas ¿Cómo le puedo tener lástima a una gata, a una leona? Mi culpa no es haber sido bastante combustible para que a ella se le calentaran a gusto las manos y los pies."

No, no me amaba, como bien decía.

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