-No tanto -contestó el más literato de todos-. Era como hacer sonetos en vez de odas, y eso que vengo cansado de leer en mi cuarto un estudio de Julián Marías que no termina nunca.
Puede soltarse a gusto, dar lo mejor que tiene, pero no lo hace. |
Y vos no hablaste. Te quedaste callado por miedo a decir una burrada, pero sin agachar la cabeza, siempre la llevás alta, incluso en las ocasiones en las que deberías avergonzarte de ti mismo. Estabamos el artista, el poeta, el pensador, vos el metafísico y yo "la que sólo dice burradas". Y no soltáste palabra, y me pregunto si era porque te faltaban para poder hablar o si eran los celos, de mirar tan fijamente como mi mano se posaba en el pecho de otro, allí, delante de tus narices.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario